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DISCOGRAFÍA | CRÍTICAS DISCOGRÁFICAS
JUVENTUD, DIVINA SEGUNDA

PABLO SÁNCHEZ QUINTEIRO


INTERPRETACIÓN | 8,5
SONIDO | 9
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2ª SINFONÍA "AUFERSTEHUNG"
ADRIANA KUCEROVA
CHRISTIANNE STOTIJN
LONDON PHILHARMONIC CHOIR
LONDON PHILHARMONIC ORCHESTRA
VLADIMIR JUROWSKI

LPO 0054
2CD | 82.29 (21.18 / 11.46 / 11.24 / 4.56 / 33.05)
25-26/IX/2009

Sorprendente y reveladora esta Segunda de Jurowski grabada para LPO Live en el año 2009. Cuenta además con una magnífica toma de sonido para tratarse de un concierto Live, con muy buena definición de todas la secciones y un sonido adecuadamente reverberante que realza la de por sí impactante lectura. Curiosamente, aunque es la suma de más de una función no se han editado toses o ruidos del público, incluso en momentos en pianissimo. También se han conservado los aplausos al final con un espeluznante alarido más que bravo. Justificado desde luego pues si un término define a esta versión –con sus luces y sombras- es lo excitante.

Al margen de su Das klagende Lied en DVD se trata de la primera aportación discográfica mahleriana del joven Vladimir Jurowski. Sus 39 años en términos directoriales constituyen sin duda una edad temprana. En el momento de esta grabación ya era director titular de la London Philharmonic Orchestra. El sello LPO lo puso desde luego en una comprometida situación al lanzar esta grabación pocos meses después de editar una excelente Segunda de Mahler, ni más ni menos que con el gran Klaus Tennstedt en el pódium. Y aunque las comparaciones son odiosas lo cierto es que la Segunda del joven Vladimir soporta sin ningún tipo de complejo la comparación con la de su ilustre antecesor.

Jurowski hace una interpretación del Allegro inicial atípica en estos tiempos. Implacable, enérgica, sin respiro; hoy en día lo habitual son lecturas de este Allegro maestoso, precisamente eso, maestosas, solemnes, pero Vladimir se lanza desde el tremolo inicial a una lectura agresiva, excitante, con una cuerda grave categórica reforzada por la suntuosa toma de sonido. No es sin embargo una lectura superficial o expeditiva; la musicalidad está siempre presente. Con el Lento llega un breve reposo, aunque un trasfondo inquietante sigue latente. Con un enérgico crescendo y nerviosas intervenciones solistas de flauta y concertino se da paso a un Schnell impactante y a un renovado estallido de energía.

Cuando uno menos se lo espera Jurowski sorprende; justo antes de la sección mit dem Bogen schlagen aplica un infrecuente retardando. Por si fuera poco en este impactante pasaje aplica una contención de lo más infrecuente ¡y lo cierto es que funciona! En el Molto pesante, centro de gravedad del movimiento se recupera el tono inicial; es resuelto con gran efectividad. Éste da paso a una reexposición todavía si cabe más violenta que el arranque. La reelaboración de las secciones lenta y de la marcha subsiguiente es excelente y como guinda la pseudo-cita de la llamada de Zaratustra es especialmente punzante –cuantas veces lamento que los directores no exploten este breve pero significativo pasaje. La escala descendente final despliega una relativa moderación; desde luego sorprendente para el oyente tras los 20 turbulentos minutos previos.

Tras este extraordinario primer movimiento siguen dos movimientos para mi gusto menos convincentes pero igual de personales. En el Andante moderato sorprende tras la excitación del Allegro la contención de Jurowski. Más que una cuestión de tiempos o dinámicas -bastante peculiares por cierto– o de matices interpretativos -nunca escuche el clímax de este movimiento estallar de una forma tan circunspecta- mis reparos se centran en la falta de cohesión entre las distintas secciones.

En el Scherzo seguro decepcionará a muchos la inesperada contención por parte de Jurowski. Los brillantes solistas y la toma de sonido compensan en parte, pero la lectura de este movimiento no pasa de correcta. No es una lectura cuadriculada, ni mucho menos, pero sí insuficiente para revelar toda la ironía y fantasía inherente a esta joya del Wunderhorn.

Curiosamente Jurowski se excede siguiendo la indicación attaca pues ni siquiera deja medianamente apagarse el eco del tam-tam; al momento entra Stotijn, afortunadamente para que la versión recupere el nivel inicial. A Stotijn le acompaña un coral del metal dilatado y sutil, con una gran carga emocional. Aunque su Roschen Rott inicial es prometedor, Stotijn está en expresividad por debajo de su grabación con Haitink y Chicago del año anterior. Incluso roza el falsete en el verso del himmel sein. Se echa falta de inocencia en su Da kam pero la plegaria a Gott es realmente hermosa.

El gran fresco final confirma definitivamente la grandeza y la personalidad de este joven director. Me quedo con un momento, la Marcha de los Muertos en la que huye de la desaforada lectura habitual. Recomiendo escucharla a cualquiera que quiera experimentar este pasaje de una forma inusitada. Una extraña mezcla de contención y energía que resulta de lo más innovadora y valiente. Las fanfarrias fuera del escenario cumplen a un gran nivel, sobre todo tratándose de una grabación Live, mientras que la sección coral está magníficamente dirigida, de una forma más convencional pero sin caer ni en un lirismo exacerbado ni en un misticismo “paartiano”. Únicamente echo en falta unas fuerzas corales más nutridas. No sólo eso; los bajos del LSO Chorus no despuntan lo suficiente.

Acertada la soprano Kucerova; en este caso la grabación inclina excesivamente el balance a su favor pero esto no llega a ser un problema. La dirección de Jurowski es magnífica, y sobre todo no falla en el momento clave, el fortissimo en Auferstehen que enfatiza al límite. Extraordinario final que como decía es recibido con un alarido, antes de que se apague la música, que a más de uno le resultará irritante pero que es una respuesta adecuada a ochenta minutos de gran música ofrecidos con lucidez y entusiasmo.

04-XII-2011

© gustav-mahler.es