INICIO NOVEDADES ADMINISTRACIÓN ENLACES
NOTICIAS
CONCIERTOS
ARTÍCULOS
DISCOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA
BIOGRAFÍA
OBRA
ÁLBUM
CONCIERTOS | CRÍTICAS DE CONCIERTOS
LONDON · 23/FEBRERO/2011 · ROYAL FESTIVAL HALL

MARK BERRY

Simon Rattle
3ª SINFONíA
NATHALIE STUTZMANN
LADIES OF THE LONDON SYMPHONY CHORUS
LADIES OF THE BBC SINGERS
LONDON PHILHARMONIC CHOIR
BERLINER PHILHARMONIKER
SIR SIMON RATTLE

(+ BRAHMS & WOLF)

¡Maravilloso programa! Desafortunadamente la mágica introducción a base de Brahms y Wolf resultó con diferencia la parte musicalmente más satisfactoria de todo el concierto; aunque esto no fue óbice para que la hortera –más allá de lo imaginable- interpretación de la Tercera Sinfonía de Mahler hiciese que un despistado público de charlatanes, saboteadores y usuarios de teléfonos móviles se levantase colectivamente al final. La fama es una peligrosa compañera y me temo que Sir Simon Rattle, un director extraordinariamente capaz, ha caído víctima de la fama que le asedia con excesiva fuerza. Lo cierto es que escuchamos sólo un atisbo de lo que podría haber sido: las escenas del bosque iniciales sonaron inefablemente bellas, con sus llamadas de trompas y todo lo demás, sonando desde luego más próximas a la idea platónica del romanticismo alemán de lo que nunca lo habían hecho ¿Cuándo tendremos la oportunidad de volver a escucharlas? Lector, no es necesario que tome aliento…

El primer movimiento de la sinfonía fue sencillamente un caos incoherente. He escuchado a algunas personas describir a esta sinfonía como dilatada, pero siempre he reaccionado con incredulidad. Sin embargo en este caso sólo llevábamos un movimiento y parecía como si nunca fuese a llegar al final. La extraordinariamente atractiva participación de la Filarmónica de Berlín alternó con estridentes y vulgares marchas Shostakovichianas. Esto es un punto de vista, supongo, aunque no para compartir pues aparentemente no tenía nada que ver con el del resto del público. Aunque de forma frustrante se podían atisbar (auralmente) indicios de una buena interpretación, estos desaparecían con la misma rapidez. Me daba la impresión de que parte del problema radicaba en que la BP podía conseguir mucho más que lo que nos ofrecía, o sea nada. Pero solo porque esto pueda suceder no implica que debería siempre pedírsele. Las frases eran interrumpidas o alargadas, hinchadas o contraídas, siempre a voluntad. Si no fuese conocida públicamente la aversión de Nikolaus Harnoncourt a Mahler, uno podría habérselo imaginado en el pódium. El solo de postillón fue -lo admito- intensamente hermoso, aunque en ocasiones había que hacer esfuerzos para escucharlo en medio de los bronquíticos que esperaban por sus cuidados intensivos. Nathalie Stutzmann realizó una delicada recreación de su canción de Nietzsche, tan buena como podía recordar. Incluso cuando Rattle “acompañaba” se mostraba sensible. Tuvimos que soportar su sempiterna interpretación del hinaufziehen aunque no me convenció más de lo que alguna vez haya conseguido. Evocaba más el mundo de Tin Pan Alley que el de Pan reviviendo. La intervención coral en el quinto movimiento fue de primera línea -muy especialmente la del coro de Eltham College- con un gran fraseo por parte de Rattle y una interpretación de los filarmónicos que acentuó los paralelismos con las obras de Brahms y Wolf.

Y finalmente llegó el ocaso: el arranque del gran Langsam final. No solo nunca lo he escuchado tan perpetrado; sino que incluso nunca he escuchado una interpretación que se aproximase a esta. El primer párrafo fue desfigurado grotescamente tirando, cercenando e insertando arbitrariamente pausas que casi se me quitaron las ganas de vivir (hablamos de una obra que amo hasta lo indecible). Después de eso era demasiado tarde para cualquier tipo de amnistía. Por mucha que fuese la belleza narcisista de la interpretación, había un desarraigo armónico y rítmico que se imponía a cualquier significado. Los manierismos se redujeron, aunque todavía estaban presentes, pero yo simplemente esperé, tal cual Wotan, el final. Las hermosísimas maderas solo aportaron un reposo transitorio; por esa misma razón un error desafortunado poco importaba. El publico estalló…

ver crítica en inglés (English)

© gustav-mahler.es